Por Juan Fitipaldi
Boca Juniors sufrió una dura eliminación en la noche del jueves en el Estadio Mineirao por penales. El equipo comandado por Diego Martínez, que jugó todo el partido con uno menos tras la expulsión de Luis Advíncula a los 10 segundos, quedó empatado en el global ante Cruzeiro tras la derrota 2-1 en los 90 minutos reglamentarios.
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En la tanda de penales, los brasileños convirtieron los cinco tiros, mientras que el Xeneize falló el quinto en los pies de Miguel Merentiel, que la mandó por encima del travesaño. El delantero uruguayo quedó muy conmovido por el yerro y rompió en llanto mientras los jugadores de Cruzeiro festejaban a un costado suyo.
Diego Martínez fue el primero que salió corriendo para levantar del suelo al uruguayo y consolarlo por la tristeza. Luego en la llegada al hotel, los jugadores de Boca fueron recibidos por varios hinchas que fueron hasta Belo Horizonte para ver a su equipo. Los fanáticos del Xeneize alentaron a pesar de la derrota y bancaron principalmente a Merentiel, que nuevamente se llenó de lágrimas al recibir este aliento después de su fallo.
Otro de los aplaudidos, a pesar de la equivocación temprana, fue Luis Advíncula, que se había ido expulsado sin apenas disputar un minuto en cancha. El lateral derecho es de los más queridos por los hinchas y fue bancado más allá de la patada que dejó a Boca con uno menos durante todo el partido.
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Después de la derrota ante Cruzeiro por penales, en Boca culparon en primer lugar al presidente Juán Román Riquelme y a los integrantes del Consejo de Fútbol. De acuerdo a las críticas de los hinchas del Xeneize, el mercado de pases que hizo el club de La Ribera fue malo y no se reforzaron con jerarquía para poder afrontar esta Copa Sudamericana.
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