Por Martín Liberman
Creo que Boca, por un lado, es fuerte como local, pero no es fuerte como equipo. Diego Martínez, en estos 9 meses, no ha logrado darle una identidad a Boca. La gran pregunta aquí es si hay favoritos para el próximo sábado, en la cancha de Boca. Yo creo que se avizora algo relativamente parejo por un montón de factores.
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La localía supondría, creo yo, que se tomaba en otras épocas. No obstante, en el caso de River y Boca es muy importante. La localía supondría una ventaja por encima del rival. Por ejemplo, el que sale mejor de los 32 equipos de la Copa Libertadores en la primera fase define todas las llaves como local. Esto es porque se entiende que una de las ventajas que debe tener el mejor equipo de la fase regular es poder jugar el último partido en su casa, porque, insisto, supone una ventaja a la hora de la definición.
En algunos casos, Bilardo y otros más decían que es mejor jugar en casa primero. Bianchi pensaba igual: establecer la diferencia y después ir a sostenerla en condición de visitante. En el caso de Boca y de River, los dos han demostrado que son mucho mejores jugando como local. Es abrumadora la estadística de Boca jugando como local y jugando como visitante.
Esto se refiere claramente a estos nueve meses de gestión de Diego Martínez. Hay dos equipos en uno: uno que juega en La Bombonera y otro que, de visitante, no gana nunca. Hace más de tres meses que Boca no gana en esa condición. Realmente lamentable para Boca Juniors no poder ganar un partido con el plantel que tiene, con los millones invertidos en condición de visitante contra equipos de menor valía y de recursos escasos.
Esta es la realidad de Boca, que en su cancha se agranda y termina sacando muy buenos resultados. Claro, el tema es la estatura, el tamaño y la relevancia del rival del próximo sábado, un rival que también es mucho mejor en la cancha de River que jugando de visitante. Aunque está claro que Gallardo recién ha llegado, Gallardo había convertido en sus primeros 8 años en River el Monumental en un terreno inexpugnable.
Aunque no era este Monumental, en este estadio debería tener todavía más ventaja, porque hay mucha más gente que antes. Hay casi 86.000 personas, y todas están metidas sin la pista de atletismo, cerca del campo de juego. Entonces, debería sacar más ventajas todavía el equipo de Gallardo.
¿Por qué hablo de fuerzas análogas? Porque a la ventaja que supone la localía de Boca Juniors, River le va a responder con un equipo que es mucho mejor. El River que jugó con Atlético Tucumán es mucho mejor que el Boca que jugó con Racing Club de Avellaneda. River tiene otra dinámica, otra filosofía de juego, otra categoría en sus defensores, y otra categoría en sus laterales.
River me da la sensación de que es un poquito más que Boca, por lo menos más que el Boca que venimos viendo. Aunque Boca, como local, se hace muy fuerte. Se especula con el regreso de Rojo, se especula con el regreso de Cavani. Hay que ver qué pasa con Romero después de la muy desafortunada labor que tuvo en la cancha de Racing.
Yo creo que va a jugar y creo que debería jugar, porque, en todo caso, habría que darle un partido más antes de tomar la decisión de que pierda el puesto. Pero Romero es Romero. Me parece un arquero que, en estos 9 meses, ha atajado más mal que bien. Pero también es verdad que hay que evaluar a la gente por su historia, y su historia como arquero de Boca Juniors, sobre todo en el año 2023, fue muy importante, fue decisiva, sobresaliente. De no haber sido por él, Boca no hubiera jugado en la final de la Libertadores en el Maracaná.
Entonces, es verdad que este año es malo para Romero. Se ha hecho un montón de goles, y el otro día contribuyó en los dos goles de Racing, en uno de forma absolutamente decisiva y en el otro, quedándose a mitad de camino. Entonces creo que Boca, por un lado, es fuerte como local, pero no es fuerte como equipo. No ha logrado Diego Martínez en estos 9 meses darle una identidad a Boca. Esto habla muy mal del entrenador. Claro que habla muy mal del entrenador, pero también de quien lo eligió al entrenador.
Porque el entrenador no es que pasó por Brandsen y dijo "che, no hay nadie en la puerta, me mando" o "en el vestuario no hay nadie, me voy a poner el buzo que diga DT". No, no. Boca lo fue a buscar, lo eligió, lo quiso llevar antes. Riquelme no se animó porque en ese momento era el técnico de Tigre, y Riquelme tiene una relación casi carnal con Tigre, Massa y todo ese entramado. Entonces, dijo "no, acá no me voy a meter, no es momento".
En cuanto pudo, se lo fue a robar a Huracán. Lo que no se animó a hacer con Tigre, sí lo hizo con Huracán. Entonces, hay una corresponsabilidad del que lo fue a buscar. Y evidentemente, no estaba todavía para la tarea. A Martínez le faltaba un poco de trajín o de vuelo. Yo reconozco que sus equipos me gustaban, sobre todo Huracán, pero en Boca no ha logrado hacer nada de todo eso.
La otra responsabilidad es del técnico, que dice cosas inverosímiles, como que este equipo juega finales, creyendo Martínez que jugar octavos de final de Copa Argentina para Boca es una final. Me parece que tiene una distorsión absoluta de la realidad de lo que significa Boca Juniors en el mapa mundial del fútbol.
Entonces, River, que emergió el otro día contra Atlético Tucumán y que tiene una velocidad, una dinámica y una intensidad que Boca no tiene, podría claramente equiparar lo que significa Boca jugando como local. Pero creo sinceramente, y saben muy bien que no esquivo las responsabilidades, que hay un panorama relativamente parejo: un equipo que juega mal contra otro que mostró una mejoría.
Pero paremos la moto. Porque además, hay que ver cómo le va a River el martes. Y en base a lo que suceda con River el martes en la noche de Santiago de Chile, también juega su papel. Supongamos que River pierda en el Monumental de Colo Colo. No es lo mismo la semana para River.
¿Qué tiene que hacer Gallardo? ¿Poner todo el sábado en la cancha de Boca? ¿Preservar algunos jugadores? Supongamos que algunos salgan malheridos. Malheridos significa sobrecarga muscular, dolor en el isquiotibial, dificultar una rodilla, lo que fuere. Que alguno salga malherido de la ida con Colo Colo, y un resultado no tan auspicioso como se espera.
¿Hay que poner toda la carne en el asador el próximo sábado en La Bombonera, donde River no se juega absolutamente nada? ¿O hay que preservar futbolistas para el martes? Porque habrá muy poco tiempo, tres días entre el partido de Boca y River, y el de River y Colo Colo por la vuelta, el martes en el Monumental, el martes 24.
Entonces, River claramente debe establecer prioridades, recordando que el partido se juega el 22. River pidió pasarlo al 21 porque justamente sabe que el martes se juega todo contra Colo Colo en el Monumental de Buenos Aires. En este caso, los dos estadios se llaman Monumental: uno de Santiago de Chile, el otro de Buenos Aires.
Entonces, creo que uno podrá hablar con mucha más concreción y certidumbre del partido del sábado cuando tengamos claro cómo va a formar uno, cómo va a formar el otro, cómo le fue a River en la semana. Boca, lamentablemente, no tiene esa responsabilidad de jugar cuartos de final de Copa Libertadores. Daría todo lo que tiene Riquelme, quien siempre ha dicho que un futbolista solamente es bueno si juega bien o si gana la Libertadores. El resto no existe.
Entonces, no es tan sencillo. No es tan fácil aventurar desde hoy qué va a pasar el sábado cuando no sabemos si juega Cavani, si juega Rojo, cómo terminan los de River su partido en Colo Colo. Hay un montón de cosas para analizar de aquí a que comience a rodar la pelota.
Seguramente, con el transcurrir de los días y el avance de la semana, podremos darle un panorama de lo que yo creo puede suceder el próximo sábado. Sabiendo que empieza a rodar la pelota, un jugador, no sé, como Advíncula, hace echar al minuto y te cambia todo. Un patadón de Acuña contra Medina lo saca del partido y te cambia todo.
También, sabiendo que algunos equipos se sienten incómodos jugando con superioridad numérica, puede pasar cualquier cosa. Por eso digo: aventurar hoy quién es favorito, quién es candidato... Paremos la moto.
Veamos primero cómo le va a River contra Colo Colo, cuánta diferencia saca, si gana, si pierde, cómo pierde, porque tiene que pensar mucho más en el martes 24 que en el 21 frente a Boca. Del otro lado, Boca puede plantear el mismo partido con o sin Cavani. Para Pesela, es lo mismo marcar a Cavani que marcar a Milton Jiménez.
Es lo mismo para los delanteros de River, para Borja ir a pelearse contra Rojo que pelear contra Anselmino. Y no digo quién es mejor, eh. Yo pondría a Anselmino, pero los técnicos tienen debilidad por los futbolistas con experiencia y con recorrido en esta clase de partidos.
Motivo por el cual, creo que si Martínez los tiene a disposición, Romero, más allá de su mal nivel, va a jugar. Rojo va a jugar, y seguramente llevará la cinta de capitán. Cavani volverá, y el técnico podrá inclinarse por los futbolistas de experiencia. Es más, no descartaría que recurra a Medel, aunque Medel está lesionado. Pero si estuviera apto físicamente, Advíncula también es un partido para los hombres con más batallas encima, porque Martínez creo que se juega su continuidad.
Esto sí lo quiero decir, porque no importa el devenir de la semana para poder elucubrar. Si Boca tiene un mal resultado en La Bombonera frente a River, creo claramente que la continuidad de Martínez como entrenador Xeneize queda en jaque y pendiendo de un hilo.
No sé qué piensan ustedes, pero es una hermosa semana. Siempre lo es la semana previa al Superclásico. Boca y River, 4 de la tarde, 21 de septiembre, estadio Alberto J. Armando, Brandsen 805 en la ciudad autónoma de Buenos Aires. Será el epicentro del fútbol mundial, porque el Boca-River, el River-Boca, no es solo un partido argentino, es un partido patrimonio del mundo.
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