Por Ramiro Diaz
Está claro que la mente de todo River Plate está puesta en el duelo del próximo martes en Brasil, donde enfrentará a Atlético Mineiro por la ida de las semifinales de la Copa Libertadores. Enfocarse en otros compromisos no será fácil, pero los jugadores y el cuerpo técnico saben que el torneo local no puede quedar en segundo plano. La Liga Profesional es una competencia larga y cada punto cuenta, especialmente pensando en la tabla anual, que es fundamental para asegurar clasificaciones internacionales en la próxima temporada.
Aunque River se encontraba lejos del líder Vélez Sarsfield, esta era una buena oportunidad para sumar puntos importantes y, de paso, recortarle unidades al equipo de Gustavo Quinteros, que venía teniendo un torneo brillante y se encontraba cómodamente en la cima de la tabla. Los de Liniers habían mostrado una regularidad destacable durante toda la campaña, consolidándose como el mejor equipo de la temporada hasta el momento.
El desarrollo de la primera parte fue bastante equilibrado, con momentos de ida y vuelta, pero la visita logró romper el marcador gracias a Braian Romero, un viejo conocido del Millonario. Romero, quien vistió los colores de River en el pasado, vive un gran presente y es el máximo goleador del campeonato. Con este tanto, alcanzó su quinto gol consecutivo, demostrando que atraviesa un momento de altísima confianza y eficacia.
En el entretiempo, Marcelo Gallardo ajustó algunas piezas con los ingresos de Facundo Colidio y Pablo Solari. para darle más agresividad a su equipo. El mensaje en el vestuario fue claro: aprovechar la localía e ir con todo en busca del empate. Los primeros minutos del complemento mostraron a un River decidido, intentando generar peligro desde el arranque. Fue entonces cuando una jugada cambió el rumbo del encuentro: tras una mano dentro del área de Braian Romero, el árbitro no dudó y sancionó penal para el conjunto local.
La responsabilidad recayó sobre Miguel Ángel Borja, quien no venía atravesando su mejor momento tanto dentro como fuera del campo. El colombiano había sido protagonista de una semana muy complicada tras la denuncia en su contra por violencia doméstica, lo que generó incertidumbre sobre su situación. Sin embargo, Borja asumió la responsabilidad y se plantó con firmeza ante la oportunidad.
Desde los doce pasos, Borja no falló. Ejecutó el penal con precisión y anotó el empate para River, desatando el festejo en las tribunas del Monumental. El gol fue un alivio tanto para el jugador, que buscaba redimirse en medio de las adversidades, como para el equipo, que necesitaba cortar la racha negativa en el torneo local. Con el 1-1, el partido quedó abierto para ambos equipos, dejando todo por definirse en los minutos restantes.
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